En una noticia que ha sacudido el mundo del entretenimiento, tres de las personalidades más controvertidas de Hollywood —Roseanne Barr, Mark Wahlberg y Mel Gibson— han anunciado su colaboración para crear lo que será el primer estudio “anti-woke” en la historia de la industria cinematográfica. Este estudio, que según sus creadores tiene como objetivo devolver la “autenticidad y el valor” a la cultura del cine y la televisión, está llamado a desafiar las normas de la industria moderna, las cuales, según ellos, están siendo dominadas por una agenda progresista que han denominado “woke”.

El anuncio de esta asociación ha generado una reacción polarizada, con fervientes partidarios que aplauden la iniciativa como una respuesta necesaria a lo que consideran el “adoctrinamiento” ideológico de Hollywood, y críticos que lo ven como un retroceso en términos de diversidad e inclusión. Sin embargo, más allá de las opiniones divididas, lo cierto es que la creación de este estudio marca un momento clave en la evolución de la industria, que se ha visto envuelta en intensas discusiones sobre lo que se considera “políticamente correcto” y cómo la cultura “woke” ha influido en la producción de películas y series.

La idea de un estudio “anti-woke” no es nueva, pero la creación de una estructura formal con este enfoque es un paso significativo. El término “woke”, que originalmente se refería a la conciencia social sobre la injusticia y la discriminación, ha sido reinterpretado y, en algunos círculos, ha adquirido connotaciones negativas. Para muchos, “woke” ahora describe una cultura que se percibe como excesivamente políticamente correcta o moralista, y se considera que limita la libertad de expresión, especialmente en el ámbito de los medios de comunicación.

Barr, Wahlberg y Gibson han expresado en varias ocasiones su descontento con lo que ven como un entorno de Hollywood cada vez más rígido en cuanto a lo que es aceptable y lo que no lo es. En su nuevo estudio, buscan promover historias que no se vean limitadas por lo que consideran la “censura” del pensamiento contemporáneo y defender el derecho de los cineastas a crear contenido sin la presión de ser demasiado inclusivos o políticamente correctos.

Los tres fundadores de este estudio tienen antecedentes polémicos en Hollywood, lo que solo añade más complejidad a la naturaleza de este proyecto.

Roseanne Barr, la comediante y actriz conocida por su éxito en la serie Roseanne, ha sido una figura controvertida durante años debido a sus opiniones políticas y comentarios en redes sociales. Tras ser despedida de su propio show en 2018 debido a un tuit racista, Barr se ha mantenido firme en sus creencias y ha sido una de las principales voces críticas hacia lo que considera el “estado de corrección política” en Hollywood. Ahora, Barr busca crear un espacio donde pueda producir contenido sin miedo a las repercusiones de sus opiniones.

Mark Wahlberg, actor y productor, también ha sido criticado en el pasado por varios incidentes, incluido un caso de acoso en su juventud, aunque se ha disculpado públicamente en múltiples ocasiones. Wahlberg ha manifestado su desilusión con las demandas sociales de la industria, especialmente en lo que respecta a las restricciones que siente que se imponen a los guiones y personajes en la actualidad. Con este nuevo estudio, espera poder darle vida a historias que se centren en valores más tradicionales sin ser atacado por ello.

Mel Gibson, uno de los actores y directores más icónicos de Hollywood, ha sido objeto de controversia debido a sus comentarios y comportamientos pasados, incluidos los comentarios antisemitas que hizo en 2006 y el escándalo que envolvió su vida personal. Aunque ha disfrutado de una exitosa carrera, sus relaciones con la industria de Hollywood se han visto marcadas por los altibajos de su vida privada. Gibson ha defendido abiertamente la libertad artística y ha criticado lo que ve como un control excesivo de la “narrativa oficial” dentro de la cultura del entretenimiento.

El objetivo declarado de este estudio “anti-woke” es devolver el poder a los creadores y artistas para contar historias que se centren en la acción, el drama, y las emociones humanas sin preocuparse por las demandas de inclusión, diversidad y corrección política. Según sus fundadores, la industria del cine y la televisión ha estado demasiado influenciada por un enfoque de “representación” que, en su opinión, limita la creatividad y el libre albedrío.

“Queremos ser un refugio para los cineastas y creadores que sienten que no tienen voz en la industria actual”, afirmó Roseanne Barr en un comunicado. “Hollywood se ha convertido en un lugar donde las personas ya no pueden expresar lo que realmente piensan o sienten, porque temen ser canceladas o atacadas. Es hora de que devolvamos la autenticidad al entretenimiento”.

Por su parte, Mark Wahlberg señaló que el estudio tiene como misión crear contenido que celebre valores como la familia, el coraje, y la individualidad sin las restricciones de las normas sociales contemporáneas. “Las películas y programas de televisión ya no son solo sobre contar buenas historias. Ahora hay que preocuparse por cumplir con una lista de requisitos para no ofender a nadie. Eso no es lo que el arte debe ser”, comentó.

Mel Gibson, por su parte, expresó que la industria necesita un cambio radical para que los artistas puedan volver a expresar su creatividad sin la presión de tener que cumplir con una agenda. “La libertad de expresión está en juego. Si no defendemos nuestro derecho a contar nuestras historias sin ser censurados, entonces estamos perdiendo lo que hace especial al cine”, señaló Gibson.

La noticia ha generado una gran cantidad de reacciones en la industria del cine, con defensores que aplauden el esfuerzo por devolver el arte a su forma más pura, y detractores que critican el concepto del estudio. Los críticos argumentan que un enfoque “anti-woke” podría resultar en contenido regresivo que no respeta los avances sociales de las últimas décadas, especialmente en términos de representación y justicia social.

“Hollywood ya ha superado muchas barreras y ahora tiene un compromiso real con la inclusión y la diversidad. Lo que proponen Barr, Wahlberg y Gibson es un retroceso, y el público no se va a conformar con menos en cuanto a representación y derechos humanos”, dijo en entrevista la activista y directora Ava DuVernay, quien ha sido una firme defensora de la diversidad en los medios.

Por otro lado, los seguidores de los nuevos fundadores del estudio creen que esta es una oportunidad para restaurar la narrativa original del cine, libre de restricciones ideológicas. “Es hora de que el cine vuelva a ser sobre historias de calidad y no sobre cumplir con las expectativas de un grupo específico”, argumentó un fanático en redes sociales.

A pesar de las reacciones polarizadas, el anuncio de este estudio “anti-woke” es solo el comienzo de lo que promete ser un proyecto de largo alcance. Con el respaldo de tres figuras tan conocidas y polarizantes en la industria, es posible que el nuevo estudio tenga un impacto significativo en la forma en que Hollywood percibe la libertad artística y la representación en los medios.

Habrá que esperar para ver si este estudio logra atraer a más creadores que deseen seguir su enfoque o si, por el contrario, se convertirá en una curiosidad dentro de la industria cinematográfica. Lo que es seguro es que el debate sobre la política en Hollywood continuará siendo uno de los temas más candentes en los próximos años.